ELIZABETH AMES
“Si yo puedo, tú también puedes”
Por Adriana D’Angelo
“Si yo puedo hacerlo a los 91 años, tú puedes comenzar a aprender inglés a la edad que tengas, nunca es tarde para darse la oportunidad”. Esas fueron las palabras de Elizabeth Ames, una bisabuela de 91 años de edad, originaria de New York State, quien ha decidido aprender español.
Elizabeth comenzó a tomar clases de español en el Barrion Collier de la ciudad de Naples en Octubre del 2006. Luego de seis meses de clases, en las cuales se ha convertido en la líder de su equipo, esta veterana ha aprendido varias palabras, verbos y hasta la oración “Ave María” en español, y la practica rezando todas las noches antes de dormirse.
Su profesora de español Loretto Kaplan afirma que Mrs. Elizabeth ha sido un ejemplo a seguir para todos los alumnos, convirtiéndolos en un grupo especial. En un comienzo el equipo estaba compuesto por 31 estudiantes. Por lo general, luego de varios meses esa cantidad siempre se va reduciendo, porque los inscritos dejan de asistir a las tutorías por falta de tiempo, porque regresan a sus ciudades de origen (muchos de ellos son snowbirds, que vienen sólo en el invierno), o simplemente porque pierden el interés. Con este grupo en específico el fenómeno ha sido diferente, pues se ha mantenido la cantidad de 30 personas hasta el tercer nivel, sentando un precedente.
La constancia de esta abuelita, les ha mantenido con ganas de avanzar, inspirándoles a seguir asistiendo cada miércoles a aprender palabras y conjugaciones nuevas. Quizá para Elizabeth las razones por las que decidió aprender son muy diferentes a las de un comerciante más joven, un empresario que necesita comunicarse con la comunidad hispana, o un joven que se ha dado cuenta de que ser bilingüe le ayudará a conseguir mejores opciones laborales. De cualquier manera, la razón de Elizabeth es muy válida, ella desea mantenerse constantemente ocupada y ejercitar su mente, ahora que ya no tiene mucho trabajo del que preocuparse.
La familia le apoya cien por ciento, todos están contentos de que aún conserve esa vitalidad y la intención de aprender. Su esposo, con quien ha estado casada por 68 años, le espera todos los miércoles en la tarde, en su casa ubicada frente al hermoso muelle de Naples, mientras ella aprende juiciosamente su lección de la semana. A Elizabeth le sobrevive un hijo (de cuatro que procreó), tiene 5 nietos y 4 bisnietos, que se han convertido en la felicidad de sus últimos años de vida. Además de ser un ejemplo para sus compañeros de estudio de español, es un ejemplo de unión para las madres de familia.
Confiesa que no le gustaba la Florida, pero visitó con su esposo la singular ciudad de Naples y les cautivó, por lo cual en la década de los sesenta decidieron comprar una propiedad frente a la playa y allí pasan 6 meses del año, frente al hermoso paisaje de los atardeceres neapolitanos.
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