Frescura plasmada en lienzos
Por Adriana D’Angelo
En medio de una amena charla en pleno Down Town de la ciudad de Naples, donde actualmente expone una selecta muestra de su obra, Albania Weki nos contó, entre otras cosas, por qué el arte es la parte más emocionante de su vida, qué es lo que le inspira y desde cuándo comenzó esa afición a la que le gustaría dedicar la mayor parte de su tiempo.
Nacida y crecida en Venezuela, Albania recuerda haber pintado toda la vida. En su época de estudiante, tanto su madre, quien era maestra, como sus hermanas le pagaban para que ella les hiciera los dibujos de la escuela. Desde aquel entonces comenzó a formarse en ella ese amor por el color, por la expresión plástica.
Más tarde, tendría la oportunidad de desahogar su talento de manera libre y más profesional sobre el lienzo, creando pinturas que, en principio reflejaban el trópico de nuestros países latinoamericano, y que poco a poco han ido variando, así como también ha cambiado el curso de su historia personal.
Aún en su tierra natal, Albania se tomaba un valioso tiempo en el que entraba en contacto consigo misma y con la naturaleza. Durante semanas completas se iba a la playa y en medio de ese escenario se dedicaba todo el día a pintar, además, en sus tiempos libres pescaba, cocina en leña y leía literatura clásica. Fue durante esa hermosa época, que aún la artista rememora con mucha emoción, cuando comenzó a interesarse en lo que se convertiría en su primer estilo pictórico: la naturaleza tropical en close up, el cual caracterizó su obra hasta hace poco tiempo.
Con el color verde como protagonista, sus pinturas retrataban muy realistamente frondosos árboles, matorrales, hojas de distintos tamaños y vegetación en general, casi siempre proyectando la grandeza de aquellos bananales que le inspiraron en sus estancias cerca de la playa.
Hace más de siete años la vida de Albania Weki tomó un nuevo camino, con destino a los Estados Unidos, llegando directamente al Houston, Texas. Allí vivió por varios años hasta que el calor y la frescura de la Florida le atrajeron y decidió mudarse a Miami. Junto a su hija Brenda comenzó una nueva vida y se dio la oportunidad de vivir otras experiencias en otros confines de la tierra.
Ese deseo de aventurarse la llevó a Egipto, lugar que despertó en su obra una inclinación por el uso de la arena como elemento que añade textura, y el aumento de los colores tierra en todas sus combinaciones. También estudió pintura en Francia por varios meses, y luego se fue a Italia donde aprendió a crear y moldear esculturas en mármol.
En medio de esa evolución personal, intelectual y artística, un cliente sin darse cuenta fue el responsable de cambiarle el estilo a Weki (apellido con el que siempre ha firmado todas sus obras). “Estaba encantada con mis bananales, hasta que me encargaron por comisión un abstracto, yo lo hice, sin saber que podía ser buena desarrollando ese estilo, y finalmente me quedó tan bien, que decidí incursionar en él”.
“Poco a poco la abstracción me ha ido enamorando, pues es una experiencia completamente diferente, es como entrar en un mundo paralelo y misterioso, donde cualquiera puede interpretar lo que ve de la manera que prefiera”, comentó Albania sobre su tendencia actual.
Cada una de sus obras fusiona sobre el lienzo: matices de óleo, acrílico, acuarela, pétalos de flores, arena natural, y cualquier otra fibra o elemento que se cruce por su camino al momento de expresar esos mensajes que vienen directo de su inspiración.
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