En defensa de los hispanos
Por Adriana LozadaD’Angelo
Enérgico, audaz, responsable y apasionado por su trabajo, son algunos de los rasgos que resaltan en la personalidad de Eric Pintaluga, uno de los abogados especialistas en casos de accidente más reconocidos en el Sur de la Florida, por el prestigio profesional que ha alcanzado en más de siete años de carrera.
Pintaluga nació en Chicago y heredó las raíces hispanas de su padre Andrés, de origen cubano, lo cual le permitió crecer hablando dos idiomas (inglés y español), gracias al apoyo de su madre Gayle, americana, proveniente de New York.
Se graduó de bachiller en el Hollywood Hill High School. Luego se muda a la ciudad de Gainesville, donde obtuvo un Bachelor Degree en la Universidad de la Florida. En el año 2001 recibe el título de abogado por parte de la Escuela de Leyes de la Universidad de Miami.
Durante sus primeros años de carrera, trabajó para una agencia encargada de representar deportistas en New Port Beach, California. La agencia en cuestión se encarga de negociar los contratos de reconocidos jugadores de football, realizar los acuerdos comerciales para la aparición de ellos en campañas publicitarias, y todo tipo de representaciones legales.
En el 2003 se asocia con Howard Kanner, y así surge la oficina de abogados para representación en casos de accidentes: Kanner y Pintaluga, en la cual 80% de los clientes atendidos son de origen hispano.
“Lo que más me apasiona de mi carrera es que todos los días son diferentes, por lo cual nunca caemos en el aburrimiento de la rutina. Constantemente estamos recibiendo nuevos casos, que entre sí encierran cada uno diferentes escenarios, a los cuales debemos buscarles todas las soluciones posibles. Me gusta tanto mi trabajo que los días se pasan volando. Considero que lo que hago me divierte, al mismo tiempo que me permite ayudar a una persona y su familia completa”, comentó el joven abogado.
Las oficinas de Kanner y Pintaluga, con sedes en Naples, Fort Myers, Miami, Hollywood, Jacksonville, Orlando, Tampa y Fort Pierce. Son especialistas en accidentes automovilísticos, caídas y resbalones, defensa criminal, muerte por negligencia, accidentes en el trabajo y todas las repercusiones que estos casos pueden tener. Todo el equipo de trabajo es bilingüe, para proporcionar un servicio personalizado y eficiente a todos los clientes hispanos, que representan la mayoría.
A la corta edad de 31 años, Eric Pintaluga ha logrado el respeto y el reconocimiento de la comunidad, gracias a un sin número de casos complicados que ha ganado en la corte, con los cuales ha beneficiado tanto a las víctimas como a sus familiares.
En ocasiones el trabajo de Pintaluga ha sentado importantes precedentes, como lo hizo al resolver su primer gran caso, en el cual un inmigrante fue víctima de un accidente cuando manejaba su automóvil por la autopista Florida’s Turnpike, y otro vehículo perdió el control por exceso del alcohol del conductor, y se pasó al canal opuesto provocando la colisión, que dejó tanto al piloto como a su acompañante en grave estado de salud. Los abogados se hicieron cargo de la atención médica de las víctimas y la manutención de sus familias, y eso no fue todo, pues al ganar el caso en la corte, la ciudad tuvo que construir unas barreras para separar ambos sentidos de la autopista, lo cual sin duda, ha salvado la vida de muchas otras personas.
FUERA DE LA CORTE…
Eric Pintaluga está casado con Robyn desde el año 2005. Juntos tienen un niño de dos años llamado Zachary, y están en la dulce espera de su segundo hijo, que será una niña. “Mi hijo es mi vida entera, disfruto cada minuto que estoy con él y puedo enseñarle muchas cosas mientras lo veo crecer. Además estamos esperando con mucha alegría a su hermanita”, aseguró.
Con tantos casos esperando por resolver, es difícil pensar que a la familia Pintaluga le quede tiempo libre para sus pasatiempos y aficiones, pero ese no es el caso, porque, cada vez que pueden, se escapan a dar un paseo por la playa, jugar pelota con el niño o visitar los parques de Disney para escaparse por unas horas de las largas horas de trabajo. Eric comenta que también le gusta salir con su esposa Robyn a comer, a bailar o a hacer cualquier cosa propia de una pareja común y corriente de su edad.
SU MANO DERECHA: ESTELA AMADOR
Detrás del éxito de la firma Kanner y Pintaluga se encuentra un personaje primordial, encargado de llevar las riendas del negocio y de atender mano a mano a cada uno de los clientes, se trata de Estela Amador, una joven de 25 años, que ha demostrado que la experiencia no necesariamente está ligada a la edad, sino a la calidad del tiempo que se le dedique a la profesión.
“Estela es mi mano derecha, confío en ella ciegamente, porque son los mismos clientes quienes me han dado testimonio de que los trata como si fueran parte de su familia. Trabaja con nosotros desde muy joven y tiene un futuro muy prometedor por delante”, afirmó Pintaluga.
Estela Amador es originaria de Matagalpa, Nicaragua. Llegó a los Estados Unidos junto a su familia, a la corta edad de 11 años. Estudió psicología en Nova Southeastern University. Al recibir su título, trabajó como administradora de la oficina de Psicología del señor Andrés Pintaluga, padre de Eric. Desde allí comenzó su estrecha relación con la familia Pintaluga, la cual se ha ido fortaleciendo durante casi una década.
Desde hace cinco años Amador trabaja en las oficinas de Kanner y Pintaluga. La joven de sólo 25 años es la encargada de manejar los casos de todos los nuevos clientes y administrar la oficina completamente. Al preguntarle si en algún momento los clientes han desconfiado de su capacidad por ser tan joven, ella aseguró que la más mínima duda acerca de su eficiencia se desvanece en el mismo momento que la conocen directamente y se dan cuenta de que es capaz de dedicarles todo el tiempo necesario y de manejar las situaciones que se presenten hasta resolver el problema.
“Nuestro equipo, conformado por gente joven, tiene mucha más energía y ganas de trabajar que cualquier otra persona mayor, que ya está pensando en sus años de retiro”, comentó Eric Pintaluga.
Por su parte, Estela Amador dice que lo que más le satisface de su trabajo es la capacidad de estar en contacto y poder ayudar a los demás. “Muchas veces la gente viene desesperada con un problema que no sabe cómo solucionar y en nuestras manos está proporcionarles la tranquilidad y estabilidad que tanto ellos como sus familias necesitan”.
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