Pasión por el Taekwondo
Por Adriana D’Angelo.
El “Taekwon-do” es un arte marcial de origen Coreano, caracterizado por la variedad y espectacularidad de sus técnicas de patada, y actualmente es una de las artes marciales más conocidas. Esta disciplina se ha convertido en la pasión de Robert, un joven de origen colombiano que reside en la ciudad de Naples desde hace 6 años.
Robert Broughton es originario de Cartagena, Colombia. Emigró a los Estados Unidos muy joven junto a su familia, específicamente a la ciudad de Road Island. Desde muy pequeño se sintió atraído hacia la práctica de artes marciales y de los deportes en general. Comenzó con el karate, a éste le siguieron el yudo y el kick boxing, hasta que escuchó hablar del taekwondo, investigó sobre la disciplina y emprendió un camino que se ha convertido en lo que más le motiva en la vida.
“La práctica del taekwondo me ayuda a expresarme a mí mismo. Lo veo más que como una disciplina, como una forma de vida, que trato de mejorar todo el tiempo. Para eso debo entrenar fuerte todos los días, me levanto a las 5 de la mañana y entreno por unas 5 ó 6 horas”, explicó Broughton.
La palabra Taekwondo proviene de los caracteres Hanja (pronunciado tae) significa golpear con los pies, (kwon) significa golpear con las manos o puños, y el caracter (do) que traduce disciplina, método o camino. Por lo tanto, Taekwondo podría traducirse como “el camino de golpear con los pies y las manos”, nombre que hace referencia a que es un estilo de combate que utiliza únicamente los pies, las manos y otras partes del cuerpo prescindiendo por completo de armas. Mucha gente cree que este arte marcial se basa únicamente en técnicas de patada, pero también incluye una gran variedad de técnicas en las que se utilizan los puños, el codo, diferentes formas de emplear la mano, el pie e incluso la rodilla.
El joven explica que esta disciplina nacida en Corea del Sur, requiere de un control del cuerpo, la mente y el espíritu. Sólo una perfecta armonía entre estos elementos permitirá el perfeccionamiento de quien la practica. “Mi sueño siempre ha sido ser el mejor en lo que hago, y mi meta ahora es conseguir el cinturón negro de taekwondo, para luego luchar por entrar al equipo nacional de los Estados Unidos y finalmente abrirme paso para llegar a los Juegos Olímpicos.
Además de ser un arte marcial, el Taekwondo tiene un aspecto de competición deportiva. Hizo su primera aparición olímpica como un deporte de exhibición, en los Juegos Olímpicos de Seúl, Corea del Sur, 1988, luego en Barcelona 92 volvió a tener presencia, hasta que finalmente, en Sydney 2000, se convirtió en un Deporte Olímpico Oficial, disputándose pruebas de combate. Hasta ese nivel quiere llegar Robert Broughton.
Para lograr su meta, Robert necesita el patrocinio de personas de la comunidad interesadas en promoverlo como deportista, que le ayuden económicamente para poder asistir a campamentos donde entrenan equipos nacionales de otros países, y de esta manera, no sólo prepararse personalmente, sino también medirse con otros deportistas de su mismo nivel y demostrar su experiencia.
La madre de Robert, Gladys Broughton, comenta que esta disciplina lo ha convertido en un joven integral, pues para trascender en ella no sólo es evaluado durante el entrenamiento, sino también en todos los otros aspectos de su vida, “Debe mantener un excelente promedio académico, ser ordenado y respetuoso en la casa, además, esta práctica le ayuda a mejorar cada día más sus relaciones interpersonales, tanto conmigo, como con todas las personas que le rodean. Yo me siento muy orgullosa de él y sé que llegará hasta donde se lo proponga porque trabaja muy duro para ello” afirmó.
“El entrenamiento que desarrollo diariamente en mi casa incluye calentamiento del cuerpo, ejercicios de flexibilidad, cardiovasculares, pesas, y práctica de las técnicas de taekwondo. Son unas rutinas muy fuertes, por eso debo mantener un equilibrio con la mente, para poder soportarlas y acostumbrar al cuerpo a que las haga. El taekwondo me ayuda a la toma de decisiones acertadas, a alejarme de las adicciones al alcohol y las drogas, a reaccionar rápidamente en situaciones extremas y a mejorar mis relaciones con las otras personas”, agregó Broughton.
Robert asiste a la escuela Eagle Martial Arts, desde hace dos años. Considera a sus compañeros de disciplina, no como sus contrincantes, sino como una familia, porque comparten la misma pasión, gustos y actividades.
“Soy una persona muy competitiva, siempre hago lo mejor que pueda. No se trata tanto de ganar o perder, sino de dar lo mejor de mí. Pienso que para ser una persona grande (hablando del plano espiritual), debes tener algo que te inspire, una meta que perseguir, mi meta ahora es poder representar a este país en los juegos olímpicos”.
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